15 años, eso es lo que les ha caído a los cincos miembros de la tristemente conocida, como La Manada, por la violación de una joven, en los Sanfermines del 2016. El Tribunal Supremo no solo ha aumentado la pena a estos desgraciados, sino que también le ha enmendado la plana y bien enmendada al Tribunal Superior de Justicia de Navarra y a la Audiencia de esa localidad. Este caso en concreto me recuerda a un caso de violación en el año 1997, en la localidad de Monturque, en donde un padre había estado violando reiteradamente a su hija de 10 años, durante años. Y digo que me recuerda, porque el citado sujeto en cuestión, cuando recurrió al Tribunal Supremo, este le elevó la pena dos años más, con lo cual se le quedó en 23 añitos de nada. Y yo me enteré de todo ello leyendo la noticia en la prensa, pero claro, el acusado tuvo la inmensa desgracia de que me tocó a mí instruir las diligencias y llevar a cabo la investigación de los hechos. Volviendo al tema que nos ocupa, no puedo por menos que alabar la decisión del Supremo.

Y ahora también me estoy acordando del magistrado del tribunal de Navarra que quiso dejar en libertad a estos cobardes violadores, y me estoy refiriendo a Ricardo González. Soy poco partidario de juzgar a la gente por su aspecto, pero cuando vi al personaje en cuestión, por televisión, el cual junto con otros jueces dictaron sentencia sobre este caso, sentí verdadera repugnancia, no ya solo por su aspecto, sino por los comentarios tan machistas y degradantes, que el mismo vertió en dicha sentencia. Y comprobé hasta qué extremo puede llegar el machismo en un hombre, y si este es juez, peor aún.

Se ha hecho justicia, y para mí que han sido todavía pocos años, yo de ser magistrado hubiese impuesto la pena máxima que me permitiese la ley para esta clase de delitos. Ya esta bien de que gentuza como los miembros de La Manada (por cierto uno de ellos todavía guardia civil), para satisfacer sus deseos más bajos, agredan de la forma que lo hicieron a una pobre chica totalmente indefensa y encima un magistrado que tendría que estar criando ovejas, hiciera unos comentarios tan vejatorios sobre la pobre víctima. Pero por lo menos el Supremo ha puesto a este personaje en su sitio.