Este verano he ido a un país tan mágico como desproporcionado. Mucha gente es maravillosa pero no su modelo social, donde aún regía la sociedad feudal donde la mayoría no puede ser feliz porque no tiene derecho al mañana. Es más, creo que ni los ricos son del todo felices viendo tanta podredumbre acechando. Yo le diría a las españolas y a los españoles, que al menos una vez deberían visitar un país tercermundista. Si no para ayudarlo para valorarnos. Aqui tenemos familias con poco poder adquisitivo, pero pueden combatir la pobreza. Cuidemos nuestra sociedad, demos el callo por ella. A principios del siglo XX, nuestra sociedad era muy parecida a las actuales tercermundistas. Con acierto político y patriotismo del bueno, llegamos al siglo XXI con techo, educación y sin hambre. Y con perperstivas. Pero noto una preocupante dejación en el sentimiento colectivo. Y es que se cree que la teta del Estado es eterna. Pues no. Los recursos se acaban sino se renuevan sobre todo apechugando. En los últimos años, la corrupción política ha sido generalizada. El pueblo se jactaba de insultar a los políticos ladrones. Hay corrupción que no sale en los medios y que ha empobrecido nuestras prestaciones sociales. Empresarios pícaros, a cambio de 1500 euros por persona, daban de alta en empresas ficticias que creaban riqueza a miles y miles de individuos durante seis meses para que accedieran al pago del paro. Un dinero que salía de las costillas de los impuestos de la gente realmente patriota. Cierto que muchos de estos imputados eran tan ignorantes que creían que lo que hacían era legal. Espero que no se vuelva a repetir por bien de nuestros hijos porque cuando un pueblo roba a su Seguridad Social, va matando esa sociedad tan bella que ha impedido que nuestros hijos pasen las fatiguitas que pasan los niños en el Tercer Mundo. Espero que haya ya un cambio de conciencia en España o más pronto que tarde no habrá que viajar para valorar lo que un día tuvimos y que dejamos hundir, entre otras cosas, por 1.500 asquerosos euros.

* Abogado