Portugal vuelve a encomendarse a la pegada de su capitán y gran referencia, Cristiano Ronaldo, para intentar derribar el muro marroquí y sumar su primera victoria en el Mundial de Rusia 2018 después de haber salvado un sufrido empate ante España. Aún resuenan los ecos de la noche estelar del delantero del Real Madrid en Sochi. Su eficacia ante La Roja salvó de un auténtico disgusto a los campeones de Europa, que habían desperdiciado dos ventajas y quedaron al borde del k.o.

El postrero tanto de Cristiano Ronaldo de falta directa dejó un punto en el casillero y sobre todo un botín de esperanza de futuro. El ‘7’ se echó al equipo a las espaldas y con su triplete frustró la remontada de España y volvió a asombrar al mundo para, al menos por ahora, ganar la partida a Leo Messi, Neymar y compañía.

La Cristianodependencia de las Quinas es algo indiscutible. Es el líder, fuera y dentro del campo. Es algo que está asumido, porque aunque Fernando Santos dispone de otros magníficos futbolistas el madridista es el factor diferencial.

El encuentro de hoy (14.00, Cuatro) en el estadio moscovita de Luzhniki, donde hace una década ganó la Liga de Campeones con el Manchester United, es de vital importancia. No solo para Portugal. Marruecos, derrotado en su estreno en la ida con un autogol, también se juega prácticamente todas sus opciones.

Fernando Santos podría retocar ligeramente el once. Gonçalo Guedes no estuvo demasiado inspirado en Sochi. Podría dejar su puesto a André Silva, delantero del Milán, que liberaría en cierto modo a Cristiano Ronaldo e incrementaría su capacidad para sorprender a una defensa que brilló en la fase de clasificación mundialista.

También podría hacerse un hueco en el once inicial Joao Mario, que ante España salió desde el banquillo. Su movilidad y manejo le daría más dinamismo a la faceta creativa para desequilibrar el orden y el rigor que tratará de imponer el bloque de Herve Renard, que encara el partido con esa necesidad de puntuar para no quedar eliminado y con dudas en su esquema tras la baja segura de Noureddin Amrabat. Una ausencia que obligará a Hervé Renard a cambiar la alineación, aunque no la estrategia pues seguirá con cinco hombres en defensa.