Mbappé y Griezmann, son los jugadores que están siendo los focos mediáticos de Francia, la selección que el próximo domingo es favorita para hacerse con el trono del fútbol mundial y convertirse en bicampeona del mundo. Aunque esta Francia es mucho más que sus dos grandes estrellas. Didier Deschamps ha conseguido conformar un ejército de luchadores que liberan del trabajo sucio tanto a Mbappé como a Griezmann, lo que les está permitiendo lucirse en la faceta ofensiva.

Trivote defensivo / N’Golo Kanté, Paul Pogba y Blaise Matuidi o Tolisso han conformado el centro del equipo dirigido por Deschamps, que desde el primer partido del campeonato tenía clara cual iba a ser la forma de jugar de su equipo. Y lo dejó claro desde la convocatoria, cuando dejo fuera de la lista de 23 a centrocampistas que pudieran aportar toque y control de balón al equipo, como son los casos de Rabiot o Payet. Deschamps tenía un plan desde el principio. Sabía que el punto fuerte de su equipo eran la velocidad y el desequilibrio de Mbappé y Griezmann. El robo de balón en el centro del campo es la clave de los franceses. Y pare eso tienen a los mejores. Kanté lidera la estadística de recuperaciones de la Copa del Mundo con 32 robos de balón, 5.3 por partido. Además, el centrocampista del Chelsea tiene una efectividad en el pase del 92%, por lo que cada robo suyo garantiza a Francia el control del balón. Paul Pogba está cuajando un sensacional mundial, y por fin está mostrando una versión acorde a aquel proyecto de jugadorazo que explotó en el Mundial sub 20 del 2013, en el que Francia ganó el título y el de Lagny-sur-Marne fue elegido el mejor jugador del campeonato. El ‘6’ francés está inconmesurable en los duelos aéreos (19 de 26 ganados), conduce las contras bleus y aporta llegada desde segunda línea, ya sea con disparos desde fuera del área o con remates tras centro desde la banda. Y por último, la tercera pieza del puzzle, Matuidi. El de la Juventus comenzó el Mundial como suplente en detrimento de Tolisso, que también ocupó su sitio en el partido frente a Uruguay en el que Matuidi estuvo sancionado. Le ha aportado al equipo más músculo y llegada. Partiendo desde el carril izquierdo, se combierte en un miembro más del centro del campo en defensa y en extremo cuando el equipo se despliega en ataque, liberando a Griezmann, que pasa a ocupar posiciones centrales.

El factor giroud / El delantero del Chelsea arrancó el torneo desde el banquillo en la victoria bleu ante Australia. Deschamps decidió arrancar el Mundial con un tridente arriba, conformado por Dembélé (izquierda), Griezmann (centro) y Mbappé (derecha), pero no salió bien. Griezmann estuvo desaparecido, como le pasó en la primera parte de la temporada en el Atlético, cuando Simeone lo colocó como referente arriba. Antoine se pierde en esa posición y cae al ostrasismo al no tocar balones, y Deschamps se dio cuenta. Desde aquel partido Giroud ocupó la posición de refente arriba dando libertad a Griezmann y devolviendo a este su mejor versión. El del Atlético se mueve por todos los frentes en ataque y es el gran canalizador del juego ofensivo de Francia. Además, Mbappé también se aprovecha del trabajo de Olivier, ya que este fija a los centrales favoreciendo que el jugador del PSG se quede en uno contra uno frente a su lateral.

Solidez defensiva / Al trivote anteriormente mencionado hay que añadir el exelso nivel de forma que están exhibiendo los cuatro jugadores de la saga francesa. Lucas, Umtiti, Varane y Pavard. Francia ha acabado con la puerta a cero en cuatro de los seis partidos que han disputado en el torneo. Tan solo Australia (de penalti) y Argentina (en tres ocasiones) han sido capaces de hacerle un gol a Hugo Lloris. Varane y Umtiti son un seguro de vida. Son rápidos y van bien por arriba, lo que les hace prácticamente inexpugnables. En los laterales, Deschamps ha colocado a dos jóvenes que no aparecían en las quinielas previas al Mundial para ocupar esos puestos. Lucas Hernández, que al haber judado también de central transmite mucha seguridad defensiva, y que también está incorporándose en ataque. Y Pavard, una de las revelaciones del torneo. El del Stuttgart está dando profundidad por la derecha y aportando variantes al ataque.

Así es Francia, un equipo que parece imposible de batir.