Suecia fue el punto de partida en la carrera de Joachim Löw como seleccionador de Alemania, en agosto de 2006 y hoy, casi doce años después, se convierte en juez de una causa en pos del Mundial de Rusia que puede acabar anticipadamente este sábado en Sochi, o seguir vigente.

El debut de Löw como primer entrenador se produjo en un amistoso contra Suecia que ganaron sus pupilos por 3-0 el 16 de agosto de 2006 en Gelsenkirchen. Hoy se cumplirán 11 años, 10 meses y 7 días de aquél estreno, aunque esta vez habrá mucho más en juego. Suecia llega como líder del Grupo F junto a México, el verdugo de los germanos en la primera jornada. Alemania no tiene nada y, por primera vez en su era como seleccionador, se asoma al abismo. Una victoria no solo clasifica a los suecos a falta de una jornada para el fin de la acción en el grupo, que completa Corea del Sur, sino que anticipará la eliminación del país que conquistó del pasado Mundial.

Para los críticos, la crisis ya se venía venir por la obstinación del entrenador de 58 años en mantener en su once titular a jugadores que hace tiempo están lejos de su mejor momento, como Mesut Özil, Sami Khedira y Jerome Boateng. Tras la derrota ante el tri mexicano el 17 de junio, Jogi aseguró que no se iba a tirar a la basura el plan que comenzó a ejecutar Klinsmann, su compañero de estudios en la Academia de entrenadores Hannes Weisweiler.

Oliver Bierhoff, director deportivo de la Federación Alemana, se mostró molesto el miércoles pasado ante las preguntas sobre el futuro. «¿Acaso ya no somos campeones del mundo?», preguntó con enfado. Lo cierto es que hace tiempo el equipo da muestras de no reconocerse a sí mismo. Y hoy tiene ante sí la posibilidad de caer eliminado en la primera ronda de la Copa del Mundo.