Arranca el sprint final del Mundial de MotoGP. Catorce pilotos pueden ser campeones. Y, encima, anuncia lluvia en Cheste. Todo más difícil. El mallorquín Joan Mir (Suzuki, 137 puntos) es quien más tiene que perder. Luego viene Fabio Quartararo (Yamaha, a 14 puntos). El siguiente es el eterno candidato, Maverick Viñales (Yamaha, a 19). Y luego ya están Franco Morbidelli (Yamaha, a 25), Andrea Dovizioso (Ducati, a 28) y Alex Rins (Suzuki, a 32). Esa es la tabla, no solo del Mundial de MotoGP, a falta ya solo de tres carreras (dos en Valencia y la última de Portimao), pero es, también la tabla de la presión que sienten: cuanto más arriba, cuanto más alto estas, cuanto más cerca estás del título, más presión.

Pero la gente, sale al paso rápidamente un seguro y orgulloso Mir, habla de la presión como si fuese un virus. Y no, no, la presión no es ningún virus. Todo lo contrario, si la sabes administrar, si la llevas bien, si la soportas, puede ayudarte a ser mejor, a ganar. No es fácil, no, pero yo no estoy dispuesto a verla como algo malo, pues solo pienso en la presión positiva, aquella que te motiva y te empuja a lograr tus objetivos.

Vivir y competir con presión

Siempre hemos tenido presión, desde niños, estamos acostumbrados. Nosotros estamos siempre compitiendo y la competición es presión, reconoce Quartararo. Es evidente que cuando llegas a la parrilla, el estómago te hace cosquillas. Quien diga que no siente la presión, miente. Y, cuanto más se aproxima el final del Mundial, es decir, ahora, más presión, pero no la veo mala, no.

Todos, todos, coinciden en que el deporte de élite es sinónimo de presión. Es evidente, señala un listo e inteligente Franco Morbidelli, que, cuanto más tienes que perder, más presión acusas, pero eso no debe ser malo, ojalá yo fuese líder y tuviese presión! Tener presión significa que estás vivo en el Mundial, que tienes algo por lo que luchar y, mientras matemáticamente puedas aspirar a algo, a la victoria, al podio, al título, más presión tienes, pero eso es buenísimo, insiste Dovizioso.

La tensión justa

En ese sentido, el discurso de Viñales completa la versión de todos: Solo tenemos presión los que perseguimos algo y, por tanto, en ese sentido, todos quisiéramos tener presión porque significaría que estamos en busca de un objetivo grande, el más grande todos, el título. Eso sí, poca presión es malo; mucha presión, también; por tanto hay que tratar de tener la presión justa. Ni más ni menos.

Y en eso están todos, en arrancar el último triplete con la presión justa y rezando (casi todos) para que no llueva este fin de semana, aunque dicen que va a caer agua, sí. El agua lo complica todo.