“No ha podido ser. No he sido yo en ningún momento de este fin de semana. Tampoco mi moto. Si una victoria es un 50% la moto y un 50% yo, hoy hemos estado en un 30 o un 40% los dos. Estamos en el mismo sitio. El domingo, en Australia, tenemos otra oportunidad y vamos a ir a por todas. Esperemos que sea un fin de semana climatológicamente normalito”.

Joan Mir (Honda), de 20 años, ha vivido hoy uno de los días más desesperados de su brillante carrera como piloto de Moto3. Paco Sánchez, su manager, y el ingeniero italiano Christian Lundberg, su jefe en el box, trataban de animarle, mientras ambos reconocían que “todo esto es experiencia, aprendizaje; duele, pero es muy bueno para su progresión”. Y entre todos consiguieron que Mir volviese a esbozar su sonrisa ‘a lo Marc Márquez’, siempre perenne en su rostro y desaparecida, por los nervios, por la responsabilidad y, también, sí, por el diluvio que destrozó sus planes durante todo el fin de semana y la carrera de hoy, ganada, de forma magistral, como ya hizo en Misano, por el italiano Romano Fenati (Honda), que ahora se le acerca a 55 puntos, cuando quedan 75. Las cuentas son idénticas en Phillip Island: Mir solo tiene que superar a Fenati para ser campeón del mundo.

“Durante todo el fin de semana no me he encontrado nada cómodo con la moto, muchos problemas. Esto puede pasar. Y puede, sí, que la responsabilidad, los nervios, me hayan afectado”, confesó en su box, una vez analizada la carrera con los suyos durante más de un cuarto de hora. “He tenido muchos e incomprensibles altibajos durante todo el fin de semana y, a veces, he llegado a pensar que se me había olvidado pilotar sobre agua”.

Frustración

Mir lamentaba profundamente no haber podido hacer una buena carrera. Claro que entre los malos entrenamientos y la sanción que arrastraba de Misano (seis posiciones en la parrilla de salida), ha arrancado desde la 20ª posición. “Al margen de conquistar o no el título aquí, que no era fácil, me hubiese gustado hacer una buena carrera y, al menos, disfrutar del gran premio y no ir tan colgado como he ido todo este fin de semana, que es para olvidar o para tomar nota, sí, experiencia”.

El joven mallorquín reconoció que el hecho de salir tan atrás le afectó mucho “entre otras cosas porque pilotabas en medio de una nube de agua a 200 kilómetros por hora. Esperemos que, en Phillip Island, cambie todo, vuelva la normalidad y volvamos a ser los de antes, tanto la moto como yo. Esto no se acaba aquí. Vamos a seguir luchando”. Mir no piensa cambiar la mentalidad de aquí a final de campeonato. “Donde pueda apretar y ganar, ganaré”.

Eso sí, estaba muy disgustado porque sabía que muchísimos aficionados habían madrugado para citarse en el Palma Arena para animarle. “Solo tengo palabras de agradecimiento a todos ellos. La verdad es que durante toda la semana he notado que la gente me animaba en la distancia y que quería verme campeón. Se lo agradezco e intentaré serlo en Australia”.

Es evidente que la consigna ahora en el seno del box del equipo Leopard Racing es pasar página cuanto antes. Intentar solucionar los problemas de falta de agarre en la rueda trasera de la pequeña Honda y pensar, como reconoció el propio Joan Mir, “que esto solo ha sido un mal fin de semana, una mala carrera y punto”.

Phillip Island, el precioso circuito australiano junto al mar, es el lugar donde debutó Mir en 2015 y, por tanto, podría ser un hermoso lugar para redondear una grandiosa temporada