Marc Márquez (Honda, 174 puntos), líder destacado del Mundial de MotoGP, ganador de tres de los cuatro últimos campeonatos disputados (2013, 2014 y 2016), vencedor de tres grandes premios este año (Texas, Alemania y Brno), no podía empezar la segunda parte del campeonato, aquella en la que siempre se decide el título, de mejor manera: victoria en Brno (República Checa) y segunda plaza en Austria por detrás de un portentoso Andrea Dovizioso (Ducati, 158 puntos). Dos carreras y un botín en esos dos grandes premios traespectacular: 10 puntos más que ‘Dovi’, 19 puntos más que Maverick Viñales (Yamaha, 150 puntos), 23 puntos más que Valentino Rossi (Yamaha, 141 puntos) y 30 puntos más que Dani Pedrosa (Honda, 139 puntos), los otros cuatro candidatos al título, cuando restan aún 175 puntos por jugarse.

Márquez, que hubiese firmado quedar segundo al llegar el jueves al Red Bull Ring, abandonó ayer el trazado austriaco “feliz, muy feliz, por haberlo intentado y, sobre todo, por haber hecho disfrutar, supongo ¿verdad?, a los 90.560 espectadores que vinieron y a los millones de aficionados que nos vieron por la tele. Por eso corremos, para que la gente se lo pase bien y tanto ‘Dovi’ como yo tratamos de dar espectáculo. Más yo ¿no? (risas), que Andrea, pero todo resultó muy hermoso”.

Márquez, que, el próximo domingo, volverá a entrenarse en Misano (Italia) para preparar el Gran Premio de San Marino de primeros de septiembre, está convencido de que “ese test será muy importante, mucho, pues debemos confirmar que todo lo que estamos haciendo para mejorar la moto es bueno, como ha quedado bastante demostrado en el circuito austriaco donde, el pasado año, quedamos a 12 segundos ¡una barbaridad! De Andrea Iannone, que nos ganó con la Ducati”.

Márquez sigue pensando que el Mundial sigue tan igualado como antes de la carrera de Austria “aunque, en efecto, los 33 puntos a los que se encuentra ‘Vale’ y los 35 de Dani, empiezan a ser ya una distancia, pero ‘Dovi’ ya ha ganado las mismas tres carreras (Italia, Catalunya y Austria) que yo y Maverick se recuperará, seguro, fijo, de este pequeño bache que parecen estar atravesando las Yamaha”.

El ‘nen de Cervera’ sigue pensando que, precisamente por eso, porque el Mundial está muy apretado, “se debe ser regular, pero apretar en los momentos justos y, en Austria, debía intentarlo en la última curva; no salió, pero me siento orgulloso de haberlo intentado. Cinco puntos más hubiesen sido fantásticos”.

Cuando le preguntas a Márquez si disfrutó del momento en que las Ducati de Dovizioso y Jorge Lorenzo se pusieron en paralelo a su Honda, el líder del Mundial no se esconde. “¿Qué si disfruté?, bueno, sí, claro, disfrutas, lo pasas bien pues, de lo contrario, no lo vivirías con la pasión que lo vivo, pero cuando disfrutas de verdad es cuando el ‘pelin’ de ventaja que tenía Andrea en este circuito, lo tienes tú. En esa acción, una bajada con final en curva, a 300 kms/h. los tres, es el único momento en que piensas ‘no falles, ¡ojito!, que te estás jugando el título’. Pero ahí, en ese momento, fui feliz porque, por vez primera esta temporada, la Ducati no se escapaba de mi honda”.

Y es que Márquez abandonó Austria muy satisfecho de todo el trabajo realizado por su equipo técnico, liderado por el ingeniero Santi Hernández, que ha convertido, por fin, su Honda RC213V en una moto muy competitiva en todas las pistas. “Si me preguntas con qué me quedo de este último gran premio es con la sensación de que voy recuperando el ‘feeling’, el tacto, el buen rollo que tenía con esta moto en los años donde hacía con ella lo que quería. A principio de temporada, no me veía con corazón de intentar cosas como la que intenté, el domingo, ante ‘Dovi’ en la última curva. Bueno, ni me veía con corazón, ni podía, era imposible pues, cada vez que lo intentaba, me iba al suelo. Eso significa que las sensaciones que experimento ahora sobre la moto ya son muy buenas. He recuperado la confianza en la moto y vuelvo a sentir que estoy en un momento dulce con ella. Siguen habiendo cosas a mejorar, claro, ¡siempre hay cosas que mejorar!, pero ahora vuelvo a salvar los momentos en que antes me iba al suelo y me atrevo a probar cosas que antes ni siquiera se me ocurrían”.

Márquez recuerda el toque que tuvo, durante la carrera, con Dovizioso. “¿Qué si me he visto en el suelo?, no, no, no me he visto en el suelo porque no me quería ver en el suelo. Sí, en ese punto, íbamos a 200 kms/h., pero controlábamos. Iba muy pegado a él, porque lo quería adelantar, y él ha cortado, frenado, donde siempre cuando yo, no sé por qué, creía que cortaría un ‘pelín’ más tarde. Total que, de pronto, me he visto encima de él y, según me ha contado luego Dani (Pedrosa), que iba detrás, cerca, ha salido humo del encontronazo, leve, supongo, pues de lo contrario nos hubiésemos caído, de mi rueda delantera con la trasera de Andrea. ¡Uf!, debo controlar esos momentos”.

Pedrosa, que, en efecto, estaba justo detrás de la pareja de héroes del Red Bull Ring, explicó que “verlos correr en las últimas vueltas ha sido todo un espectáculo. Los he visto en paralelo durante casi toda una vuelta. Estaban estudiándose, tratando cada uno de ellos de imponer su estrategia. Y, la verdad, visto desde atrás era muy interesante. Además, pensaba, ‘¡caray esto sí que empieza pronto!’, pues aún quedaban cinco vueltas. Y lo he pensado porque este circuito es muy, muy, crítico, en el sentido de que no hay muchos sitios donde adelantar y, si te equivocas, puedes destrozar tus posibilidades de podio o, incluso, de victoria, como era el caso de Andrea y Marc”.