Marc Márquez (Honda), actual octocampeón del mundo de motociclismo y gran dominar del Mundial de MotoGP, volvió a subirse ayer, en el karting de Vendrell, donde ya rodó, hace un par de semana con su kart, a una moto para volver a sentir las sensaciones de pilotar, aunque fuese una máquina de pequeñas proporciones y, por supuesto, escasa potencia comparada a la nueva Honda RC213V que probará del 7 al 9 de febrero en el trazado de Sepang (Malasia).

Márquez, que ha vuelto a vivir un invierno y, sobre todo, unas Navidades idénticas a las del pasado año cuando se operó el hombro izquierdo, tuvo la sensación de que su hombro derecho, el intervenido esta vez por los doctores Xavier Mir, Víctor y Teresa Marlet, en el Institut Dexeus-Quirón, a principios de diciembre, está bien, pero aún no al cien por cien como debería de estar para poder entrenar a tope en Malasia.

PENSANDO EN EL PRIMER GP

Después de dos meses sin moto ayer volví a subirme para ver como respondía el hombro. Las sensaciones no fueron las mejores, pero estoy muy contento porque vamos dando pasos importantes, comentó el campeonísimo de Cervera (Lérida) en las redes sociales.

Márquez, que ha observado con cierta indiferencia aunque con atención los últimos movimientos del mercado, liderados, de momento, por Yamaha, que ha renovado a Maverick Viñales por el próximo bienio (2021-2022), anunciado que el francés Fabio Quartararo sustituirá al veterano mito italiano Valentino Rossi en ese mismo periodo y confirmado el fichaje del pentacampeón Jorge Lorenzo como piloto probador de la firma de los diapasones, sabe que no estará a tope en Sepang e insiste en que su objetivo sigue siendo estar ya bien para el primer gran premio de la temporada, que se celebra en Doha (Catar), a principios del mes de marzo.