Cierto, ahí estaban locos, totalmente locos, entre otras razones porque buena parte de ellos también sabían lo difícil que era remontarle (dos veces) 37 puntos a Maverick Viñales y 16 a Andrea Dovizioso, convertir en competitiva una moto que nació vaga, papá Julià, mamá Roser, Livio Suppo, el capo de Repsol Honda, y Emilio Alzamora, el mánager del tetracampeón.

Pero los que de verdad estaban borrachos de felicidad, los que mantenían en volandas ese dado trucado, con un inmenso peso bajo el dibujo del 6 («me dijeron, tíralo, tíralo, que sale el 6, fijo, que está trucado, pero yo les dije: ‘Si no sale el 6, os mato, que hay millones de personas viéndolo’»), eran su tribu, la tribu de Marc Márquez, la que lidera su ingeniero Santi Hernández, dirige Carlos Liñán y tienen, en Jordi Castellá, Javier Ortiz, Roberto Clerici, Carlo Luzzi y Hugo Bucher sus peones más valiosos.

"No les puedes fallar"

«Tú los ves y tienes la sensación de que no les puedes fallar. Ellos han pasado muuuuuuuchos más nervios que yo este fin de semana, muchísimo más. ¿Por qué? Porque ellos hacen su trabajo de forma impecable, lo repasan mil veces, pero una vez ponen la moto en mis manos, ya no pueden hacer nada más. Están en mis manos», confesaba Márquez a la salida de la más concurrida conferencia de prensa de la última década.

Y, fuera, aparece Liñán, jefe de mecánicos de Marc, y suelta: «¡Eso, eso es precisamente lo que nos encanta: estar en sus manos! Si uno está en manos de Marc, gana seguro. Bueno, tiene infinidad de posibilidades de ganar. Quisiera recordar, por si alguien lo ha olvidado, cómo empezó la temporada, con Maverick (Viñales) y Yamaha arrasando y Marc volvió a darle la vuelta a la tortilla. Este, como le gusta decirle a él, es su dream team, pero lo que él no sabe es que, cuando trabajas con Marc, la motivación es exagerada porque él suple con su técnica prodigiosa y sus manos lo que nosotros no podemos darle». Y Liñán, escondido en el box, añade: «No hay un piloto con la técnica de Marc. Si a eso añadimos que para él no existe el miedo, la combinación es infalible».

Un año duro, de transición

«Lo voy a decir sino reviento: es nuestro Leo Messi. Marc es nuestro líder, nuestro 10, el muchacho que convierte nuestro trabajo, el de todos, en éxito», cuenta orgulloso Santi Hernández, que sigue siendo la piedra angular de ese maravilloso equipo del tetracampeón. «Hemos vuelto a ganar porque Marc ha vuelto a ejercer de líder del grupo. Sabíamos que teníamos que currar como nunca porque no podemos olvidar que en un año tremendo, terrible, de muchos cambios, pues Honda ha querido instaurar un nuevo tipo de motor, pasando del screamer al nuevo big bang, hemos vuelto a ganar. Y eso tiene muchísimo mérito», señala el líder de la tribu, que recuerda que, gracias a la puntuación de Márquez, Honda ha ganado no solo el título de constructores, sino también el de escuderías y pilotos, claro.

Y, respecto al estilo único, agresivo, sin miedo de Márquez, Hernández tiene una elogiosa explicación: «Si hablo de Messi es porque Marc es Messi. Si tú juegas siempre al ataque y ganas así, no puedes llegar a la final de la Champions y echarte atrás, porque te meten 10. Marc juega siempre al ataque y hay que aceptarlo»