Todo el mundo sabía, él, el primero, que Jorge Lorenzo no lo iba a tener fácil en Honda. Y no tanto, no, porque venía de dos años de viacrucis con una moto ganadora, la Ducati ‘Desmosedici’, con conceptos muy distintos a la Honda RC213V, sino porque él mismo, Jorge Lorenzo, había vivido una historia de altibajos, amores y desencantos enormes en el equipo Ducati.

Por fin, según reconoció él mismo, llegaba al mejor equipo del mundo “tarde, pero contento”, de una forma bastante rocambolesca (“estuve meditando, sí, mi retirada”), de la mano de Alberto Puig, que consideraba que podía ser una gran solución para sustituir a Dani Pedrosa y, sobre todo, para mantener ardiente, como así ha sido, a Marc Márquez desde la otra parte del boxe del equipo Repsol Honda, que acababa de conquistar la triple corona: pilotos, constructores y escuderías.

Puig aseguró que el equipo Repsol Honda siempre aspiraba a tener a dos de los mejores pilotos de la parrilla de MotoGP y con Márquez y Lorenzo lograba formar un ‘dream team’ de ensueño. Con la boca pequeña le contaba a todo el que quisiera escucharle que la Honda es una moto muy, muy, difícil de pilotar, hecha a imagen y semejante del arrojo de Márquez, pero que si había un piloto capaz de hacerse con sus manos y ganar, ése podía ser Jorge Lorenzo.

La verdad es que los inicios han sido duros, muy duros, y aunque Lorenzo parezca excesivamente preocupado por los detalles, lo cierto es que sus primeros resultados, sus dos primeros grandes premios, deben calificarse de ciertamente desastrosos. Nadie en el seno del equipo tricampeón ha encendido las alarmas y, mucho menos, Puig. Todos siguen pensando que Lorenzo tardará muchísimo menos que el año y medio largo que tardó en Ducati para ganar una carrera.

El pentacampeón mallorquín aseguró al inicio del Mundial, en Doha, Catar, que llevaba seis meses sin poder pilotar en plenas condiciones físicas y mentales. Y era cierto. De ahí que en Losail sus resultados fuesen malos, pese a que empezó siendo segundo en el primer ensayo del GP catarí. Acabó 13º en carrera, tras arrancar en parrilla desde la 15ª plaza. En Catar cometió un error de novato, muy criticado internamente, cuando, en el ensayo matinal del sábado, sufrió un accidente durísimo por querer correr antes de tiempo.

FELICITACIÓN A MÁRQUEZ

Ya en Termas de Río Hondo (Argentina) se comprometió a empezar una nueva aventura destinada a superar con la mejor nota posible tanto el GP de Argentina (12º en parrilla, 12º en carrera) como el próximo GP de EEUU, en Austin (Texas), “para llegar en la mejor forma posible al Gran Premio de España, a inicios de mayo, en Jerez y empezar ahí el auténtico Mundial”. Bien es verdad que tanto en Catar como en Argentina tuvo muy mala suerte, mucha.

“Lo primero que quiero hacer”, dijo la estrella mallorquina al concluir su complicadísima carrera en Termas, “es felicitar a Marc (Márquez) y Honda, que han hecho una carrera extraordinaria”. Y, luego, Lorenzo habló, largo y tendido de sus problemas, “no como excusas, no, sino para clarificar mi situación”.

Y contó: “Es increíble porque en Catar tuve un problema con el embrague y, en Termas, con el limitador de velocidad, que parece que lo apreté, inconscientemente, en la salida y la moto, de repente, perdió revoluciones, como si no tuviera combustible. Y, sí, me adelantó todo el mundo. Quedé en la última posición de nuevo como en Losail”.

“Cuando empecé a recuperar posiciones, sentí que me faltaba un poco de goma en el manillar del lado izquierdo, que se estaba saliendo, se salía y se salía y estaba sin goma en mi mano izquierda. Así que no tenía nada de agarre, estaba todo mal. No son excusas, no,pero me están pasando cosas muy extrañas, que me han impedido rendir como quisiera”, añadió Jorge. Esa goma, el forro de goma del manillar, va superatado con alambres, pero se salió y se quedó en hierro puro, sin apenas agarre.

Lorenzo reconoció que remontar en esas condiciones fue complicadísimo. “El agarre de la pista estaba muy mal después de la carrera de Moto2 y con mucho calor, así que fue como una pesadilla. Al final tuve suerte, porque Viñales y Morbidelli chocaron, logré algunos puntos más, pero estoy decepcionado porque parece que cuando estás mal, tienes más problemas. Esperemos que en el futuro no vuelvan a suceder este tipo de cosas, cosas extrañas y desafortunadas”, agregó Jorge, que es 14º del Mundial de MotoGP, con 4 puntos en dos carreras, a 41 puntos de su compañero, Marc Márquez, líder tras el segundo puesto de Catar y la victoria aplastante de Argentina.