Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo de MotoGP con Yamaha, cuando era compañero de Valentino Rossi y le derrotaba con asiduidad, reconoce estar viviendo su peor momento desde que pilota la Ducati. Llegado, el pasado año, con un contrato fabuloso procedente de la firma de los diapasones, el tricampeón mallorquín aún no ha sido capaz de adaptarse o hacer suma a la poderosa Desmosedici, con la que su compañero de box, el italiano Andrea Dovizioso, no solo lidera el Mundial, con un punto de ventaja sobre Marc Márquez (Honda), sino que es el actual subcampeón del mundo tras ganar seis carreras en 2017 y plantar cara hasta el final al tetracampeón de Cervera (Lleida).

SITUACIÓN DESESPERADA

Ya al llegar, en el inicio del Mundial, a Doha (Catar) para disputar la primera carrera, Lorenzo reconoció que no estaba preocupado, estaba mucho peor: “En este punto de mi vida, preocupación no es la palabra adecuada para reflejar mi situación”. Entonces ¿cuál sería la palabra exacta? Obsesión”. Era evidente que la pretemporada, como se ha demostrado en Austin (Texas, EEUU), donde acabó 11º, a más de medio minuto de Márquez, no había salido como él esperaba.

Cristian Gabbarini, extécnico del bicampeón Casey Stonner, conversa con su piloto actual, Jorge Lorenzo. / EFE / PAUL BUCK

Lorenzo, que en aquel momento creyó haber acabado ya su aprendizaje con la Ducati “pero, de pronto, vuelven a surgir problemas”, ha confesado al concluir el GP de las Américas que “posiblemente”, en efecto, está en el “peor momento” de su noviazgo con la moto italiana. “Fue una carrera para olvidar, pues en ningún momento me sentí a gusto con la moto, no tuve ritmo y, la verdad, puede que la elección del neumático trasero duro tampoco ayudase”.

LA RENOVACIÓN, EN EL AIRE

El tricampeón mallorquín, que siempre ha considerado la Desmosedici como una moto excesivamente física, reconoció estar“decepcionado y triste” y su mayor esperanza es que, a partir de la semana que viene, en Jerez y en los siguientes circuitos europeos, ya más reconocibles, “más nuestros”, las cosas se arreglen.

Ni que decir tiene que, en estos momentos, pese a que llevan ya semanas hablando del tema, lo que menos le inquieta a Lorenzo es el estado de sus negociaciones con Ducati para saber si renueva o no por dos años más tal y como han hecho, de momento, Márquez y Honda, Valentino Rossi y Maverick Viñales, con Yamaha.

Todo parece indicar que, de seguir en el equipo de Borgo Panigale (ha habido rumores de que el mallorquín podría ocupar el sitio de Andrea Iannone en Suzuki, pues Alex Rins está ya a punto de anunciar su renovación con esta marca), Lorenzo lo haría con una sustancial rebaja de su espléndido contrato actual, pues Ducati necesita dinero para mejorar la ficha de 'Dovi', el gran sacrificado cuando los italianos contrataron, a golpe de talonario, al tricampeón español.