El Mundial de MotoGP añadió ayer, en el Gran Premio de Francia, en Le Mans, en el mítico trazado de Bugatti, dos nuevos nombres a la lista, ya amplia, muy amplia, sorprendentemente amplia, de pilotos que consiguen subirse al podio en este curioso, sorprendente e incierto campeonato exprés. Se trata del italiano Danilo Petrucci (Ducati), cercano a los 30 años, y Alex Márquez (Honda), el ‘hermanísimo’, que tiene solo 24 años y es campeón del mundo de Moto3 y Moto2. ‘Petrux’ ganó y Márquez acabó segundo.

Ya son 15 los pilotos que han conseguido subirse al podio en las nueve carreras que se llevan disputadas, entre ellos siete ganadores: Fabio Quartararo, Andrea Dovizioso, Brad Binder, Miguel Oliveira, Franco Morbidelli, Maverick Viñales y Danilo Petrucci. No hay duda de que, en este sentido, la aparición de Alex Márquez bajo la lluvia, en Le Mans, es lo más llamativo de este GP francés, aunque el triunfo de Petrucci, descartado hace ya varios meses por Ducati de cara al 2021, también es muy, muy, llamativo.

Merecida recompensa

“A nosotros, al equipo Repsol Honda, a la fábrica, ya nos tocaba un premio así, una alegría tan grande como este segundo puesto”, reconoce Márquez. “Ahora lo que toca es replicar este podio en seco. Hasta ahora hemos ido avanzando poco a poco, con pasos firmes, y hemos ido viendo destellos pero nunca hemos logrado cuadrar un exitoso fin de semana y, por fin, en Le Mans nos ha llegado la oportunidad y la hemos aprovechado”.

Márquez reconoce que en un campeonato tan sorprendente, tan raro, tan loco, sabía que iba a surgir alguna oportunidad. “Siempre hemos hablado durante estas semanas que surgirían momentos para aprovecharlos, es decir, que se podía producir un fin de semana especial, tan raro como el Mundial que estamos viviendo y, sí, ha aparecido y lo hemos aprovechado. Pese a todo, en seco también pensé que haría una gran carrera, pero en mojado no tenía nada que perder y lo he intentado”, señala el piloto del equipo Repsol Honda, todavía campeón de todo, poseedor de la Triple Corona.

Pensar en la victoria

Márquez reconoce que pensó, sí, en poder ganar, en vencer. “Sí, sí, lo he pensado, pero cuando he llegado a Petrucci ya lo tenía muy, muy, difícil y, además, quedaban solo tres vueltas y me sacaba un segundo y medio. Y, encima, Pol (Espargaró) estaba apretando en firme y ya he tenido suficiente con mantenerme segundo. Hubiese tenido que arriesgar demasiado y el segundo puesto ya era oro”.

Alex, cuyo objetivo en este final de temporada es mantenerse siempre entre los 10 primeros de cada GP, reconoce que para ello es vital mejorar en la ‘quali’ del sábado. “En MotoGP, salir, como he salido yo en Le Mans, en el puesto 18 y llegar hasta la cabeza del grupo es muy complicado. He hecho una buena salida y, ya en la primera vuelta, he conseguido pasar a dos o tres pilotos. La verdad es que me he atascado un poco en los adelantamientos a Cal (Crutchlow), Pol (Espargaró) y Andrea (Dovizioso), sobre todo con Andrea, sí, pues su Ducati tiene ese truco en las rectas que le hace muy, muy, difícil de superar y, además, Andrea es un gato viejo”.

El ‘hermanísimo’ reconoce que “el equipo me dio una moto para poder hacer esa carrera, para optar, incluso, a la victoria pues hoy tenía mucha tracción, tenía velocidad y, sobre todo, tenía opción de manejarla en la entrada de las curvas y salir acelerando magníficamente porque, entre otras razones, la decisión de montar una rueda media delante y no la blanda como habíamos hablado, ha sido decisiva. Eso me ha permitido fiarme mucho de la moto y ser muy, muy, agresivo”.

Adaptación más lenta

Alex Márquez es tan, tan, tan sincero que, incluso, reconoce que “un podio en agua no es gran cosa y lo que tenemos que hacer es replicarlo, copiarlo, conseguirlo en seco, por ejemplo, en cualquiera de las dos pruebas que vamos a celebrar en Motorland (Aragón) y para ello hay que seguir creyendo, esperanzado y, sobre todo, dando pasos en firme bien dados”.

En ese sentido, Márquez reconoce que hay que aceptar las críticas porque forman parte del aprendizaje, de la adaptación y, sobre todo, porque todo el mundo quiere conseguir buenos resultados de forma inmediata y eso requiere su tiempo. “La crítica forma parte de esta profesión, pero yo creo que, desde Misano 2, mi progresión ha sido grande y, sobre todo, he consolidado los pasos que voy dando”.

Respecto al campeonato, Márquez no apostaría dinero para averiguar quién va a ser el campeón. No lo dice, pero comparte la frase de su hermano (y campeón) Marc, que siempre dice que “parece que nadie quiera este título”. “Yo creo”, señaló anoche Alex a Catalunya Radio, “que el título acabarán disputándoselo Fabio Quartararo y Joan Mir, aunque, en Le Mans, no han tenido un buen día. Incluso pienso que Andrea (Dovizioso) aún no ha dicho su última palabra pero, sí, está muy loco este campeonato”.