Averiguar cómo se separó la Antártida de América del Sur hace 35 millones de años. Ese es el objetivo de la expedición Powell 2020 que, a bordo del Hespérides, el mítico buque de investigación oceanográfica de la Armada, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se desarrolla desde primeros de enero en las costas de la península antártica y de la que forma parte el científico montillano Francisco José Jiménez Espejo.

La expedición, que partió el pasado 3 de enero desde la ciudad argentina de Ushuaia, en el archipiélago de Tierra del Fuego, el extremo austral de Sudamérica, se prolongará hasta el próximo 4 de febrero tras estudiar la cuenca Powell y el microcontinente de las Orcadas del Sur.

Previamente, los miembros del proyecto, pertenecientes al departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra Investigadores (IACT), prestaron apoyo a las bases españolas en la Antártida.

A bordo del Hespérides, 22 científicos españoles, franceses, estadounidenses, canadienses, griegos y neozelandeses realizan estudios geofísicos para analizar la estructura de la corteza terrestre y de los procesos tectónicos que permitan identificar las edades de los principales eventos y procesos, tanto tectónicos como oceanográficos y climáticos, que condujeron a la separación de la Antártida de América del Sur hace unos 35 millones de años.

«La formación del Paso del Drake entre ambos continentes permitió que se estableciera la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), la cual fluye alrededor de la Antártida y conecta todos los océanos meridionales», explicó Francisco José Jiménez, responsable del análisis geoquímico de aguas y sedimentos marinos en la expedición.

«Mi mayor interés se centrará en reconocer la señal geoquímica que provoca el deshielo de los glaciares y analizar los sedimentos asociados a masas de agua profunda», añadió el científico montillano, quien defendió la necesidad de conocer cómo se estableció la CCA y cuál es su relación con la evolución climática global y los casquetes de hielo antárticos para «poder entender el clima del presente».

«La Corriente Circumpolar Antártica convirtió la Antártida en el auténtico congelador de la Tierra y llegó a cambiar los ecosistemas de forma dramática», añadió Jiménez Espejo, para quien el hecho de conocer cómo está afectando el actual calentamiento global a esta corriente supone un «reto de importancia global, pues se acabará reflejando en el clima del planeta y en el nivel del mar».

En ese sentido, el científico montillano hizo hincapié en que la CCA juega un papel «muy importante» en el clima de la Tierra, gracias a la distribución del calor, de los nutrientes, de la sal y del carbono, así como en el intercambio de gases entre la atmósfera y el océano. «Se trata del mayor flujo de agua del planeta, con un transporte estimado de más de 100 millones de metros cúbicos de agua por segundo», resaltó Francisco José Jiménez, quien reconoció que «pese a su clara importancia en el sistema climático terrestre, hay aún muchas incógnitas y controversias sobre su origen y su evolución».

La campaña Powell 2020 cuenta con la participación de 22 investigadores de la UGR, del IACT, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y otras instituciones españolas -como la Universidad de Salamanca o el Instituto Hidrográfico de la Marina- y extranjeras -Stanford University y Colgate University (USA), Royal Holloway de Londres, Universidad de Bordeaux, Victoria University of Wellington (NZ) y British Antarctic Survey-. Y Francisco José Jiménez no es el único cordobés a bordo, dado que también forman parte de la tripulación la investigadora Nieves Delgado-Aguilera y el baenense José Luis Burrueco.