Montilla custodia la reliquia del dedo de San Sebastián que, como narran Las Crónicas de El Gran Capitán, fue adquirida por el insigne militar montillano en 1503, durante el asalto y toma de Montecassino, en Italia. Siglos más tarde, los fieles del Barrio de La Cruz tienen la oportunidad de besarla cada 20 de enero.