La grave alerta sanitaria decretada a nivel nacional por el coronavirus Covid-19 ha terminado afectando de lleno a Montilla que, en el momento del cierre de esta edición, contabilizaba a siete vecinos infectados por esta enfermedad localizada por vez primera en la ciudad china de Wuhan.

Por este motivo, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Montilla decidió adoptar el pasado 12 de marzo una serie de «medidas preventivas» que se fueron incrementando con el paso de los días «para tratar de hacer frente a la evolución» de esta pandemia.

En ese sentido, el municipio se sumó a las medidas y recomendaciones del Gobierno de España y de la Junta de Andalucía para potenciar los mecanismos de prevención a nivel municipal, por lo que se vieron afectados todos los eventos deportivos, así como actividades culturales tan significativas como la Feria del Libro, la Sentencia a Jesús que promueve la Centuria Romana Munda -y que había sido encomendada al notario asturiano Manuel Gerardo Tarrío Berjano-, el Día del Vecino previsto para el próximo 19 de abril o la representación de la obra Desmontando a Séneca, una comedia de Juan Carlos Rubio, interpretada por el televisivo Jorge Javier Vázquez, que había conseguido colgar el cartel de «no hay entradas».

Con todo, la cancelación más significativa llegó de la mano de la Agrupación de Cofradías que, en coordinación con el Ayuntamiento, decidió suspender todas las estaciones de penitencia previstas para este año, así como los actos de Cuaresma programados, entre los que se encontraba el pregón de Semana Santa.

«La Agrupación de Cofradías y el Ayuntamiento de Montilla entienden que es una medida dolorosa pero que se justifica por la situación actual y confían que sea entendida por la población montillana», indicaba el comunicado emitido por la entidad, que resaltaba que esta decisión «pone en primer lugar la salud pública y el interés general para hacer frente a la evolución de los casos de coronavirus y frenar en la medida de lo posible su avance, conforme a las indicaciones y escenarios manejados por la autoridad sanitaria».

Pero el Estado de alarma decretado por el Gobierno de España también ha tenido -y está teniendo- graves consecuencias económicas en una ciudad que, como en el resto de España, tiene limitada la libre circulación de personas. No en vano, el Ayuntamiento suspendió el Mercadillo de la avenida de Las Camachas, decretó el cierre de los alojamientos turísticos y el acceso a la zona de autocaravanas que fue inaugurada a finales de mayo del año 2017 en la zona de El Coto, junto al Paseo de Cervantes, y ordenó el cierre «inmediato» de las terrazas y veladores de bares y restaurantes. A su vez, la mayoría de establecimientos de venta al público -a excepción de los de alimentación, artículos electrónicos y farmacias, principalmente- tuvieron que echar el cierre. Por su parte, una empresa tan relevante como la multinacional United Technologies Corporation (UTC) acordó paralizar la producción de su planta del polígono industrial Llanos de Jarata y anunció un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

En una comparecencia junto a los portavoces de todos los grupos municipales, el alcalde, Rafael Llamas, explicó que el Ayuntamiento había adoptado «medidas internas» siguiendo las recomendaciones de su Comité de Seguridad y Salud «tanto para los propios trabajadores como para las personas que puedan acudir a dependencias municipales». Por ello, se limitó el acceso a la Casa Consistorial y se clausuraron algunos edificios públicos.

Por el contrario, desde el pasado 15 de marzo, los vecinos de Montilla están pudiendo aparcar gratuitamente en alguna de las 150 plazas de estacionamiento delimitadas por la zona azul, una medida adoptada por el equipo de gobierno que se mantendrá activa «mientras dure el Estado de alarma» y que afecta únicamente a las plazas de aparcamiento en superficie y no a las situadas bajo rasante en la Plaza de la Rosa y en el Centro Cultural.