El castillo de El Gran Capitán ha vuelto a despertar el interés científico dos décadas después de las primeras excavaciones arqueológicas en el entorno de la ladera norte, donde un equipo de investigadores de la Universidad de Granada y del Instituto Andaluz de las Ciencias de la Tierra (IACT), apoyados por la Asociación de Arqueología Agrópolis y por el propio Ayuntamiento, han creído localizar evidencias de una muralla íbera del siglo II antes de Cristo.

«Los datos encontrados son bastantes importantes y están saliendo diversos materiales con los que se pueden ir barajando distintas teorías», recalcó el geógrafo e historiador Sergio Moyano, quien aseguró que los restos hallados «podrían mostrar el cambio sufrido en la pendiente a causa de los deslizamientos».

Y es que, durante las primeras tomas de datos con material de última generación, se han detectado una serie de fallas geológicas que pudieron afectar a las distintas fases de la construcción del castillo, así como un material que, a juicio de los expertos, desvelaría la presencia de esa muralla íbera. No obstante, los investigadores se mantienen cautos todavía y reconocen que deben «procesar los datos» antes de determinar el «alcance real» de los hallazgos.

El equipo de la Universidad de Granada -que dirige Jesús Galindo, catedrático del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada, junto a la investigadora Lourdes González y a Francisco Lamas, profesor titular de Ingeniería Civil- está contando con la inestimable colaboración del historiador José Luis Urbano y del científico montillano Francisco José Jiménez Espejo, que ha trabajado durante años en el departamento de Biogeoquímica de la Agencia Japonesa para las Ciencias y Tecnologías Marinas y Terrestres. «Todos ellos nos han enseñado las técnicas para estudiar la ladera de una forma no destructiva e invasiva, a través de la técnica de tomografía eléctrica, utilizada para determinar los diferentes materiales en función de la conductividad eléctrica que presenta y en la que podemos encontrar materiales más húmedos que conducen la electricidad y piedras que pueden componer murallas», detalló Sergio Moyano.

El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, agradeció «la gran labor realizada por la Asociación de Arqueología Agrópolis tanto en el castillo como en la gestión del Museo Histórico», así como la labor de Francisco José Jiménez, Sergio Moyano y «otros ciudadanos interesados en la singularidad de nuestro municipio».

El primer edil se mostró convencido de que «esta investigación va a ser muy importante no solo para el entorno del alhorí del castillo sino, también, para conocer mucho mejor nuestro subsuelo».

El Ayuntamiento de Montilla adquirió el castillo en 1998 y, desde entonces, ha venido siendo objeto de numerosos estudios arqueológicos. Precisamente, una de las iniciativas más interesantes de este gran proyecto cultural y turístico ha sido la creación de un parque arqueológico.