Robert Louis Stevenson, el autor de La isla del tesoro, afirmaba a menudo que no viajaba con el propósito de desplazarse a un lugar determinado sino por el mero hecho de ir. «La cuestión es moverse», decía. Un planteamiento nómada que, en esencia, mantienen los más de treinta artistas que conforman la gran familia del Circus Las Vegas, una espectacular fábrica de sueños que recaló en Montilla el pasado 10 de marzo y que, desde entonces, se encuentra retenida en unos terrenos situados frente a las antiguas instalaciones del IES Emilio Canalejo Olmeda.

Su administrador, Ricardo Sánchez Cozar, reconoce que la vida del circo está en el movimiento. «Y si no nos podemos mover, el circo se muere», sentencia este artista jiennense al que la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo le pilló «por sorpresa», en una escala previa a su destino definitivo, la ciudad de Málaga, el auténtico El Dorado para una empresa errante que vive del aplauso de los públicos y que, cada año, debe reinventarse para sorprender a unos espectadores cada vez más acostumbrados a los imposibles efectos especiales de la gran pantalla.

«Nuestra plaza estrella es Málaga y, de hecho, con la taquilla que hacemos allí en Semana Santa, tenemos prácticamente para vivir el resto del año», explica el portavoz del circo, que desvela que invirtieron 5.000 euros en carteles con los que pensaban «empapelar» la Costa del Sol en los días previos a la pasada Semana Santa. «Y todo para nada», se lamenta.

La colorida comitiva del Circus Las Vegas, formada por más de treinta camiones articulados, autocaravanas e, incluso, un aula itinerante para los más pequeños, lleva ya más de dos meses detenida en Montilla, sin recibir ingresos de ningún tipo y sin visos de poder abandonar la localidad por el momento. No obstante, todos sus integrantes no paran de dar las «gracias al destino» por haber podido alcanzar el municipio de la Campiña Sur justo antes de decretarse el confinamiento.

«El pueblo de Montilla se ha volcado con nosotros y, verdaderamente, no sé qué hubiera sido del circo si todo esto nos coge en otra ciudad», reconoce el portavoz de este gran séquito mágico que nació en América y que moviliza a once familias de varias nacionalidades. Hombres, mujeres y niños que, como en cualquier otra empresa de este sector, se encargan de todo: del montaje de las carpas, de la limpieza de los graderíos y, casi lo más importante, de representar los distintos roles del espectáculo, ya sea como payasos, acróbatas, magos o equilibristas. Toda una explosión de luz y sonido que el coronavirus ha logrado detener en seco. «Lo teníamos todo listo para empezar el viernes 13 de marzo, pero la Policía Local nos aconsejó que no ofreciéramos el espectáculo por la situación que se estaba viviendo con el covid-19», recuerda Ricardo Sánchez, quien reconoce haber vivido «semanas de angustia» ante el desalentador panorama que se les presentaba.

Un día después de la fecha prevista para el estreno, el Gobierno, decretaba el estado de alarma, lo que obligaba al Circus Las Vegas a suspender sus funciones y a quedarse en Montilla por tiempo indeterminado. «En esos momentos todo era confusión e incertidumbre, aunque nuestra principal preocupación eran los niños», relata el administrador de la empresa. Y es que la comitiva cuenta con 13 niños, de edades comprendidas entre los dos meses y los 12 años.

Por eso, Sánchez asegura «no encontrar las palabras» para agradecer el trato dispensado por el Ayuntamiento y por la empresa textil Rioma, propietaria de los terrenos donde se implantó la comitiva a primeros de marzo, que les ha autorizado a tomarse «el tiempo que necesiten» sin tener que afrontar gasto alguno. «Nuestra gran suerte es que todo esto nos ha cogido en Montilla, donde tenemos acceso a energía eléctrica, a agua potable, y la gente se ha volcado con nosotros», recalca el gerente del circo quien, no obstante, reconoce que han pasado unas semanas «muy duras», que han podido ir salvando gracias al boca a boca de los vecinos y a la ayuda que han recibido de entidades como Cruz Roja Española, Cáritas o la Asociación de Apoyo a la Lactancia Mama’s, que les han procurado tanto alimentos no perecederos como productos frescos e incluso dulces para los pequeños.

Por todo ello, cuando el Circus Las Vegas pueda reanudar su espectáculo, representará varias funciones de manera completamente gratuita como muestra de agradecimiento al pueblo de Montilla. De este modo, los más de 30 artistas que lo componen cuentan las horas para volver a escuchar al gran Tony Tonelly decir aquello de «señoras y señores, el espectáculo va a comenzar». Ojalá sea pronto porque el show está garantizado.