La inauguración en la primera planta del alhorí del castillo de una nueva sala expositiva dedicada a El Gran Capitán sigue en el aire tras acumular casi tres años de demora. El Ayuntamiento de Montilla insiste en que está «ultimando» la apertura de este nuevo espacio museístico que ofrecerá un amplio recorrido por la «figura poliédrica» del insigne militar montillano: desde su presencia en la literatura a su participación en la toma de Granada, sin olvidar su papel como virrey de Nápoles.

El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, explicó que durante la recta final del pasado año se trabajó «en los últimos detalles» de un proyecto que se configura en torno a seis espacios que permiten analizar la vida y la obra de El Gran Capitán desde diferentes perspectivas.

«Nuestro deseo era poner en marcha el museo a lo largo del año 2019, si bien los últimos detalles pendientes lo han impedido», reconoció el primer edil, quien recordó que, ya en el 2017, la Cátedra Gran Capitán «intensificó su trabajo» para que el nuevo espacio expositivo pudiera ser una realidad a lo largo del 2018, coincidiendo con el vigésimo aniversario de esta entidad fundada en el mes de agosto del 1998 con el objetivo principal de investigar y divulgar aspectos culturales relativos a la figura de Gonzalo Fernández de Córdoba.

«Nuestra intención es poder abrir el Museo de El Gran Capitán a lo largo del 2020», avanzó el primer edil, quien detalló que la nueva sala se ubicará «en un espacio privilegiado del alhorí del castillo», para el que el Ayuntamiento de Montilla cuenta, entre otras, con las colaboraciones del Museo del Ejército, dependiente del Ministerio de Defensa, y de la Universidad de Córdoba (UCO).

De este modo, el nuevo museo, que «se encuentra prácticamente terminado» en palabras de Rafael Llamas, se ha ubicado en la primera planta del alhorí del castillo, que se levanta sobre los cimientos de la antigua fortaleza que perteneció a los señores de Aguilar y que fue mandada demoler en 1508 por orden de Fernando el Católico, como castigo a la rebelde conducta que había mostrado el primer marqués de Priego.