La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha convocado una reunión sectorial con las organizaciones profesionales agrarias, cooperativas agroalimentarias y consejos reguladores de toda Andalucía para abordar, de manera conjunta, el futuro del sector del vino en la comunidad andaluza.

El encuentro, según el titular de este departamento, Rodrigo Sánchez Haro, tendrá lugar el próximo 6 de noviembre, una fecha en la que «analizaremos cuál es la realidad y definiremos las directrices que se van a poner en marcha para garantizar la estabilidad de un motor social y económico con muchas oportunidades como es el vitivinícola».

Sánchez Haro recordó que su Consejería ya ha culminado la elaboración de un estudio de situación del sector del vino en Andalucía. Algo que se encuadra, según avanzó, dentro de su «firme voluntad» de trabajar codo con codo desde el diálogo permanente, con las organizaciones, las cooperativas y los consejos reguladores para «aprovechar todas las potencialidades que rodean a lo enológico, desde lo gastronómico hasta lo cultural».

Sobre la mesa estará también la aplicación del III Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español 2019-2023 y las acciones que contempla para la reestructuración y reconversión del viñedo. A juicio de Sánchez Haro, «nadie duda de la capacidad de desarrollo de este ancestral y sostenible cultivo de nuestra tierra».

El sector del vino, en términos globales, contabiliza en la provincia hasta 6.000 hectáreas de viñedo -850 de ellas, de variedades tintas- y unos 3.000 viticultores, unos números que, con 110 industrias en activo -entre lagares, bodegas de crianza y plantas de embotellado-, 13,89 millones de euros de valor de producción de uva en 2016 y cuatro figuras de calidad, la sitúan como la segunda productora de la comunidad autónoma, por detrás de Jerez de la Frontera. A su vez, las exportaciones de vino cordobés aumentaron un 15,7 por ciento en el primer semestre de este año hasta alcanzar los 3,9 millones de euros, con Reino Unido como principal destino. Montilla-Moriles ampara a 2.028 viticultores, 52 bodegas y una superficie de 5.052 hectáreas de viñedo.