Acabamos de decir adiós a una Semana Santa tardía, tanto que este año han coincidido el Domingo de Resurrección con la procesión de bajada de María Santísima de Araceli. La primera ha transcurrido en un clima de incertidumbre ante una lluvia que, por fortuna, no ha perjudicado en exceso a los desfiles procesionales, como tampoco a la venida desde el Real Santuario de Aras de la patrona de Lucena y del campo andaluz. Y este último, el sector agrario, está necesitado de precipitaciones que alivien la sed del olivar y cultivos en general. Tuvimos un marzo extraordinariamente seco y ahora, respondiendo al dicho popular, en mayo debe hacer tiempo de marzo, es decir que vengan lluvias considerables. Con la Virgen de Araceli en San Mateo, la ciudad de prepara para vivir y disfrutar de las fiestas patronales, y para ello tanto Ayuntamiento como Real Archicofradía han preparado un programa que se abrirá con el pregón de Miguel Cuenca Valdivia.