El asentamiento chabolista conocido como zumbacón (deformación fonética de la palabra sumbacón), se formó al final de la Guerra Civil por la llegada masiva de personas sin medios económicos y huyendo del hambre. Vinieron de sus pueblos a la capital de la provincia esperando encontrar un cacho de pan para ellos y sus hijos. Estaba ubicado en los terrenos cercanos a la fábrica del cemento, a la salida de Córdoba por la carretera entonces llamada de Almadén, hoy de Badajoz, y donde actualmente están los jardines que llevan el nombre del médico Alfonso Carpintero, exactamente nominados Jardines del Dr. Alfondo Carpintero.

La mayoría de los hombres, mujeres y niños que formarán este asentamiento provenían de la zona norte de la provincia, donde existe un ceceo característico, como lo son los ceceos y seseos que hay en Andalucía. Cada uno con sus matices específicos. En estos pueblos se dice zumido por sumido, zurco por surco, y así con muchas palabras. Por ejemplo, dicen Pedro tiene la boca zumía, por sumida, o los zurcos de la besana y/o la huerta, por los surcos. Por tanto, se conoció como Zumbacón en lugar de sumbacón a este enclave por hallarte en una zona sumida, una hoya del terreno.

Pasados los años, las autoridades locales, para adecentar la salida de Córdoba, clausuraron estas chabolas y a sus habitantes los trasladaron al emplazamiento, que hoy se conoce como Zumcacón. Se fueron ellos y con ellos se llevaron también el nombre, aunque orográficamente, ya no se correspondía el nombre del lugar con el terreno, ya que en lugar de una hoya del terreno los edificios están en una pequeña loma. Así pues, para que coincidiera nombre con la orografía del terreno debería llamarse, más bien, Lomilla.

Lo que fuera un asentamiento chabolista, hoy, afortunadamente, es un a barriada con edificios, los antiguos más modestos y los nuevos, algunos, los hay de lujo.