Votar, en las próximas elecciones del 2-D en Andalucía, es una obligación cívica, una necesidad y un compromiso para decidir la gobernabilidad de la Comunidad Autónoma más poblada de España. Votar es un deber de seis millones y medio de andaluces que están citados a las urnas para elegir a los 109 diputados del Parlamento andaluz. Se trata de algo tan importante como confiar el buen gobierno a legisladores que habrán de acometer el bien común para la mejora de la vida de las personas acorde con la dignidad de cada una de ellas.

Votar es un derecho que hemos de ejercer con legitimidad y examinar con sentido crítico las propuestas y las promesas esforzándonos por conocer la verdad de los programas, con su real sentido político e ideológico. Votar es un cumplimiento responsable. Es entendible que algunos se sientan inclinados a abstenerse de emitir su voto, cuando argumentan que ningún partido ofrece el programa que ellos desearían, ni siquiera con el ideal racional de un orden social cabalmente justo, sin embargo, unas lo son más y otras lo son menos. Votar es un ejercicio de solidaridad en las undécimas elecciones autonómicas en Democracia a elegir, a nominar, a nombrar, a señalar, a presentar, a sufragar a quienes nos van a representar con su trabajo diario a todos los andaluces.