Leo en la prensa escrita, con satisfacción, cómo «hemos despertado» ante esa cruda realidad del narcotráfico que ha invadido ciertas zonas costeras de Andalucía, de manera especial en el Campo de Gibraltar. ¡Mi enhorabuena al Ministerio del Interior! Este se ha puesto en marcha con mayor coordinación entre las Fuerzas de Seguridad (Policía Nacional y locales junto con la Guardia Civil) auxiliados con nuestros Servicios de Inteligencia; los cuales son muy buenos cuando se les permite actuar. Con el nuevo Plan de Seguridad para el Campo de Gibraltar, ya queda algo desarticulado de esas mafias del narcotráfico que vienen operando, llevando a cabo máximas detenciones de personas, vehículos, lanchas rápidas y droga incautada (eminentemente hachís). Pero si no descabezamos a sus máximos dirigentes que fuera o dentro operan, y dejamos intervenir a nuestros Servicios Internos…, poco avanzamos.

En medicina, cuando una epidemia se presenta, para vencerla es necesario aplicar una vacuna que la neutralice y destruya ese virus o cepa invasora destructora de «nuestro organismo». De lo contrario no se consigue desterrarla. Pienso que hemos llegado a esta situación, por no aplicar dicha vacuna. Es falso decir que estos pueblos costeros, no tienen otra manera de vivir. Y si ello es verdad, es responsabilidad de sus dirigentes, los cuales no han motivado a los empresarios. Otra gran enseñanza que se desprende en esta operación, es la eficacia de volver a centralizar y actuar en determinadas áreas o sectores, para corregir ciertas y graves desviaciones de las CCAA. Las cuales no ven el daño que pueden hacerse tanto a sí mismas como al resto de la nación. Con repercusiones negativas también para Europa, donde debemos estar cada día más vinculados. En este tema concreto con Interpol. Repito ¡mis felicitaciones!