Estos días contemplamos con estupor como nuestros representantes públicos no se ponen de

acuerdo en las cuestiones fundamentales para proteger la economía del país y la vida de sus

ciudadanos. No son capaces de reunirse y llegar a acuerdos de supervivencia pura y dura, aparcando los propios intereses partidistas y personales. Vemos a sanitarios enfermar por falta de equipos de protección, test de diagnostico que no funcionan, otros que no se sabe para que sirven, informaciones y desinformaciones constantes y confusas. En definitiva, desorden y descoordinación debidos, en gran medida, a la falta de consenso entre nuestros gobernantes, que deriva en desorden y descoordinación en la gestión de las distintas administraciones. Eso es ahora España.

Erika Mejía, es una chica hondureña de 37 años que se debate en estos mismos momentos entre

la vida y la muerte en la UCI del hospital Puerta de Hierro de Madrid. Su historia la cuenta el periodista Juan Diego Quesada, en un conmovedor artículo en el periódico El País. Para intentar salvar la vida de Erika, ha sido necesario hacer converger muchas de las excelencias de nuestro sistema sanitario: un traslado en helicóptero medicalizado entre distintas comunidades autónomas, atendida por varios especialistas y sometida a los tratamientos mas avanzados e innovadores existentes. Esta operación sanitaria a gran escala y dotada de los medios más avanzados ha sido realizada, según informa uno de estos especialistas que atiende a Erika, porque “Había que intentarlo”. Esto también es España.