Como Cifuentes no dimitió por el máster, le sacaron el vídeo robando en un súper, y si no llega a dimitir tampoco por eso, le habrían sacado cosas mayores, de las muchas que reposan en las todas las cajas fuertes de todos los partidos políticos y que en lugar de ser puestas a disposición de la «justicia» en cuanto se tiene conocimiento de ellas, son utilizadas solo cuando políticamente interesa. Los intereses del pueblo aquí, ni están, ni se les espera. Si en el Dogma de la Santísima Trinidad, Dios se atribuye ser el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo; igualmente, en el Dogma de toda Partitocracia como la que padecemos, la oligarquía de poder se atribuye el legislativo, el ejecutivo, y el judicial. Es decir, una dictadura. Y si hay algo peor que una dictadura pura es una dictadura disfrazada de democracia.