Con fecha tres del corriente, me dirijo hacia Málaga desde Córdoba. A la altura del Puerto de las Pedrizas confluye muchísimo tráfico, zona de unión de varios municipios, y decido tomar el desvío hacia la autovía de pago (AP-46), y cuál fue mi sorpresa, que a poco de desviarme, estaban los coches parados en la carretera. El motivo de la retención era que el flujo de vehículos era muy superior al tiempo de cobro del peaje (5’20€) a cada coche.

Esta situación es peligrosísima y aparte de los frenazos que dan los vehículos por el peligroso «efecto goma» que producen las retenciones, vi un golpe por detrás entre dos coches.

Allí no estaba la Guardia Civil, ni los drones, ni los helicópteros, ni radares, ni el tío que sale en la televisión, amargándonos el almuerzo todos los días, para levantar las barreras del peaje y quitar el peligro de colisiones. Parece que es más importante el cobro del peaje que el altísimo riesgo de accidente que provoca dicha situación.