A nivel urbano, son las unidades de Seguridad Ciudadana, y resto de unidades uniformadas, las que mayor importancia asumen en el cuerpo de Policía Nacional. Seguridad Ciudadana es aquella pieza del engranaje de la policía más romántica y vocacional, con la que cualquier joven opositor sueña y que desgraciadamente se están encargando de dilapidar.

Parece que a la Administración no le queda claro que la policía uniformada es la cara de la institución ante el ciudadano y que en multitud de ocasiones son los ojos de la más cruda realidad de la vida. Una penosidad que queda grabada a fuego en su yo más interior. A pesar de todo esto, en los últimos tiempos, lejos de motivar a este magnífico grupo de funcionarios, se están dando situaciones que llevan al policía de a pie al mayor de los desánimos y de las desmotivaciones.

Una fiscalización severa de los excesos horarios, falta de recompensas en forma de felicitaciones públicas administrativas, ostracismo a la hora de optar a participar en los cursos de formación que se convocan, falta de medios materiales a su alcance o el menoscabo de la conciliación de la vida familiar por exceso de fines de semana consecutivos trabajados (no remunerados) en algunas unidades, son algunas de las realidades que se vienen sucediendo. Como se puede comprobar, muchas exigencias y pocas encumbras.

Una vez escuché una gran frase: «En este bendito cuerpo siempre se le pega a la mula que más tira». La organización sindical Alternativa Sindical de Policía está luchando porque las unidades de Seguridad Ciudadana, unidades que están formadas por funcionarios altamente comprometidos con la ciudadanía y con la profesión, tengan en un futuro próximo un complemento económico superior del que ahora mismo ostentan.

Desde la secretaría provincial de ASP, en contrapartida a la falta de elogios y cercanía, damos la enhorabuena a estos grandes hombres y mujeres por su gran trabajo y sacrificio.

Héroes sin capa... Héroes de carne y hueso.