Si una persona tiene la costumbre de acudir al dentista con una frecuencia anual para llevar a cabo la revisión y limpieza dental, y como consecuencia de una circunstancia ajena a su voluntad se ve en la necesidad de suspender y prolongar la visita programada durante un periodo de, pongamos, tres meses... ¿Cómo debería actuar después de efectuar la misma?, ¿programando la próxima cita para dentro de nueve o de doce meses? Algo así ha venido a suceder este año con la inspección técnica de vehículos (ITV) que, como consecuencia del confinamiento derivado de la pandemia, en muchísimos casos ha tenido que ser pasada transcurridos varios meses desde la fecha prevista. Pues bien, ante la petición de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), el Tribunal Supremo suspende cautelarmente la norma que obvia la prórroga que tuvo lugar por el coronavirus recortando el plazo de validez de la ITV. Parece haberse abierto una puerta al sentido común.