Desde noviembre hasta mayo. Así anda la gente, con alergias, toses sospechosas, picores de ojos y malestar de distinta graduación durante periodos cada vez más largos. Puede que este año se hayan acentuado por el calor desacostumbrado de febrero, que adelantó algunas floraciones, pero resulta muy sospechoso que muchas personas que nunca han sido alérgicas desarrollen el problema ya mayores, de repente. Tenemos una atmósfera cada vez más envenenada.