Y desgraciadamente, siguen matando mujeres. Prueba de que la Ley de Violencia de Género no cumple con el que debería ser su principal y único objetivo: proteger a las maltratadas de verdad, total y absolutamente. Por eso, a las mujeres que les consta que tienen a un criminal por pareja, ni se les ocurre denunciarlo: saben que les va la vida en ello. Las que no tienen a un criminal por pareja y quieren acabar con él de un plumazo, tiran de dicha ley que acaba con la presunción de inocencia del hombre, y milagro: hombre condenado al suicidio. Ni todas las mujeres ni todos los hombres somos iguales. ¿Ok?