Podrá parecer estrambótico o esperpéntico --¡ay, si vivieran Valle Inclán o el genial Tip!--, pero en pleno siglo XXI, un prior puede mandar más que el gobierno de una nación o que un Tribunal Supremo. Obviamente, no se va a llegar al último extremo de entrar a saco en la basílica del Valle de los Caídos para sacar los restos de Franco. Y no se va a llegar porque al final el Papa de Podemos, o el superior de la Orden Benedictina, que parece que es un francés, darán el oportuno tirón de orejas al prior falangista para que facilite el expolio. Pero que no se engañe el personal: ¡si el prior se atrinchera, Franco no sale! ¡Ni el Gobierno, ni el Supremo! ¡Pues que lo hubieran pensado antes el doctor Fraude, y la «docta» Carmen Calvo! Mientras no cambien los acuerdos Iglesia-Estado (los «listos» hablan todavía de un «Concordato», que no es tal), en los lugares sagrados (y la cripta del Valle lo es), no entra ni Dios. ¡Bueno, Dios sí porque ya está dentro! Yo creo que la familia Franco debería retrasar todo lo posible el procedimiento, el prior atrincherarse, el Papa irse de vacaciones a poner paz entre los hinchas del futbol argentino, el gabacho jefe benedictino hacerse el sueco... ¡Y, a ver si el doctor Fraude tiene cojones para coger la pala!