Si hablaran podrían desvelarnos muchos secretos y misterios, le ganan la batalla al tiempo, son testigo con voz de la Historia, ellas y su lenguaje.

Hinojosa del Duque, Si las piedras hablaran, es el título de la nueva obra literaria, la octava que realizan en común en torno a este pueblo, dos grandes escritores, Juan José Primo Jurado y Antonio Gil. El primero se encarga de la parte histórica, y el segundo derrama el alma de poeta que le invade. Describen las razones por las que Hinojosa del Duque posee esa riqueza patrimonial y arquitectónica, ponen de manifiesto la importancia del legado pétreo. Se nos muestran una serie de fotografías que nos sitúan en el lugar. Se alude a la Semana Santa, feria de ganado. Me ha gustado comprobar que en la página 63, Antonio recuerda al Padre Bernardo, protagonista de su anterior libro: Coloquios con un monje poeta, que leí en varias horas y que recomiendo fehacientemente.

En el capítulo titulado La fuente del Pilar nos narra la importante relación de don Francisco de Zúñiga con los monarcas reinantes del momento. En el que lleva por título Recuerdo de la plaza antigua, pone de manifiesto que los lugares también tienen heridas ocultas y aplica unos versos del poema La herida, de Miguel Hernández. Es un volumen muy didáctico y en ocasiones nos despertará la nostalgia. Se percibe la verdad que contiene, se esparcen los recuerdos enhebrados en el hilo de la razón, elemento de vida purificante. Mensajes palpitantes que repueblan corazones desiertos que sienten sus límites. Invulnerables frente al olvido, nos muestran una puerta oculta por donde las sombras se deslizan y escriben sus nombres en blasones, gárgolas, columnas... La Asociación Literaria Hasday lo ha leído y analizado y lo recomienda como una lectura pedagógica. Es un libro breve, exquisito, simplemente magnífico. «Se debe convertir el alma en una fortaleza inexpugnable». (Antístenes).