Es indudable y hasta lamentable que seamos los españoles tan especiales y hasta “singulares”. Tanto los españoles de ideología de izquierdas como de derechas, incluidos aquellos/as que “nunca votan”. Si, “singulares”, palabra esta que por “no” haberla escrito como proponía D. Manuel Fraga, regiones “singulares y no nacionalidades” en nuestra actual Constitución; al referirse a nuestras regiones que han mantenido una lengua antigua y primitiva..., nos hubiésemos ahorrado mucho dinero y problemas, regresando en el tiempo, en este punto.

Porque han de saber que llevamos “siete” Constituciones en España (si no contabilizamos el Estatuto Real de 1834). Desde la “Pepa” de 1812 a la actual de 1978. Deberíamos pues, que esta "octava Constitución" sea la actual vigente puntualmente rectificada; ampliando o corrigiendo concretos y puntuales artículos. Entre ellos, dando funciones decisivas al Jefe de Estado, ante críticas situaciones de nuestra Nación. Recuerdo que los ingleses, desde siglos, no tienen una “Constitución escrita”. Esta queda definida y formalizada con y por las decisiones que tomen el Parlamento inglés. Hoy puesto desgraciadamente en cuestión, por ese impropio y mal aceptado brexit.

Como también son “siete” las Leyes Orgánicas Reguladoras del Sistema Educativo, que hemos tenido, a saber: Loece, Lode, Logse, Lopeg, Loce, Loe y Lomce. Y como bien expone e informa D. Jesús Sancho Rof, desde su Tercera del 24/abril, titulada: “Educación, Ayer y Mañana”. Deberíamos ir a por la octava y definitiva Ley de Educación, más allá de los enfrentamientos sobre: centros públicos, privados o concertados, si la Religión (o Religiones) deben ser asignaturas evaluables, sin poner en cuestión que se eduque y enseñe en nuestra lengua española. La cual no resta sea atendida puntualmente las antiguas lenguas de esas regiones, hoy convertidas en CCAA. Esta “Octava Ley de Educación” debe ser la misma por obligatoria y común en todas ellas. Nueva Ley de Educación que priorice “la selección y formación de su profesorado” y quedé esta educación “orientada” a los tiempos actuales. Empeñándose y empleándose más en los recursos humanos, desarrollando un plan nacional para detectar los niños/as y jóvenes de altas capacidades intelectuales o superdotados (hoy no atendidos debidamente) que los recursos materiales: sean tablets, ordenadores y redes. Sin olvidar y compartir la inteligencia artificial, enfocada y vista “como ayuda” (no como fin) puesta al servicio a nuestro presente-futuro.