Cuanto antes el animal denominado homo sapiens se dé cuenta de que forma parte de la naturaleza, mucho mejor para él, de esa forma se evitarían muchas muertes y daños materiales. En España, cada vez que caen más de cuatro gotas, se producen grandes inundaciones, la última y una de las más trágicas en el municipio Balear de San Lorenzo, en donde por ahora van nueve muertos y seis desaparecidos. Que esta desgracia se podía haber evitado, puede ser que sí o puede ser que no, depende de como se mire. Por lo pronto empecemos con las previsiones meteorológicas, hoy en día hay suficientes medios para saber anticipar a tiempo lo que puede venir. Si seguimos con que las autoridades tanto municipales como las del Gobierno Balear, no tomaron las medidas oportunas para minimizar en lo posible las consecuencias del temporal. Si a todo esto le unimos que la citada tragedia se ha producido porque por el lugar en donde las aguas han desembocado en el mar, se ha construido sobre lechos secos, así como la poca limpieza de los margenes de los ríos y alcantarillas, tenemos un cóctel explosivo que revienta a la primera de cambio, como así por desgracia ha sucedido. Ahora con lamentarse y declarar la zona catastrofica asunto arreglado, hasta la próxima vez. De todos los elementos de los cuales esta dotada la naturaleza, es el agua el más poderoso y destructivo de todos. «La sangre de la naturaleza», así la definió la mente más brillante que ha conocido y conocerá la humanidad, el grandísimo genio Leonardo da Vinci. Y nunca hay que olvidar que el agua tiene memoria y, que esta más tarde o temprano va a seguir su cauce, como así ha sucedido en el pueblo de San Lorenzo, con el trágico balance de muertes y desparecidos.