En Priego (Córdoba) el Ayuntamiento del PSOE ha prohibido la propaganda electoral en las calles por donde pasen procesiones. Este es el verdadero rostro del PSOE, más nacionalcatólico que Franco. Esto es integrismo católico, puro y duro. Sin entrar en la idolatría condenada en la Biblia. Las calles no son lugares privados de cultos religiosos. Las calles son espacios públicos y libres, sin discriminación alguna. Son las procesiones las que invaden el espacio público y por lo tanto, las que deben respetar a los demás. Como todo el mundo debe respetar el espacio de las iglesias. Estaría igual de mal si se pusiera propaganda electoral en las iglesias, aunque ya los obispos se encargan de hacer política dentro y fuera de ellas. ¡Qué horror! Esto ya no es una vuelta al franquismo, sino a la inquisición.