Con el falso máster de la pepera Cifuentes se ha abierto el melón de las titulaciones, porque de la falsedad política, ya sabíamos. Para ser barrendero en España, hay que pasar unas duras oposiciones; pero para ser político que incluso puede llegar a presidente, no hay que pasar ninguna prueba. Solo se necesita que otro político te toque con la varita mágica del poder, para que se produzca el «milagro». Pero política parte, yo me pregunto: ¿garantiza un título académico, la excelencia personal y profesional de una persona? Porque conozco a quienes sin título alguno valen mucho para muchas cosas; mientras otros, con varios títulos, no valen ni para políticos. Y es que el que vale, con un título valdrá más; mientras que el que no vale, por muchos títulos que le den, puede no valer ni para político.