Existe el debate eterno del dinero y el poder como elementos básicos que hacen y provocan la felicidad. Recordad aquel dicho célebre de la canción famosa: «Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor». Pero algunos, por desgracia, solo miran el material metálico como único medio de subsistencia y, cuando este le falla, al verse envueltos en problemas financieros, pues ocurre lo que ocurre. Como ejemplo, lo hemos comprobado recientemente y de forma muy clara, en el banquero fallecido en la provincia de Córdoba, Miguel Blesa. Hay personas de la alta sociedad y alcurnia que a lo largo de su vida solo se han centrado en el aumento de riqueza a costa de bienes materiales, sin tener otro camino o rumbo más importante que le lleve a la felicidad, y cuando aquellos le fallan, su mente no encuentra otra alternativa, ni saben buscarla, y se ven aturdidos por problemas psicológicos graves, pudiendo llegar algunos a desenlaces fatales, como de hecho, se ha producido. ¿Por qué ocurre esto? Bajo mi modesta opinión, son muy pobres de espíritu. No han valorado ni encontrado nunca las cosas tan maravillosas que tiene la vida. Han estado siempre subidos en una cúspide super-alta y muy falsa y, al final, han caído en la más grande de las ruinas. ¿Para qué sirve tanto acumulo de poder y riqueza? Creo que el ejemplo de Miguel Blesa define muy bien y perfectamente lo dicho por nuestro gran amigo Jesús y el Evangelio, siendo la realidad más viva de la vida.