Los “dueños del adjetivo” proclaman con el mismo Trump que “ha sido completamente exonerado” de haber colaborado con Rusia para ser elegido presidente. Pero, aunque esto fuera verdad, y “blanqueara” así ese aspecto de su historial moral, al que de tantas y explicitas maneras ha mostrado menospreciar, esto pone al desnudo otro aspecto de su personalidad, mucho peor para EE UU y el mundo entero. Porque supondría que sin la gran ventaja de poder comprarle o chantajearle, Putin escogió apoyarle por considerar que era el candidato peor para los EEUU y, por lo tanto, más conveniente para Rusia. Y esta incompetencia de Trump es cada vez más libre y visible a medida que se afianza en el poder, aunque hoy disminuya el grave temor inicial a su dependencia de Rusia, de lo que ahora se le absuelve.

Por otra parte, que puede ser decisiva, el informe oficial no exonera a Trump del delito de obstrucción a la Justicia, por el que tuvo ya que dimitir Nixon. Por ese y otros puntos sospechosos, la oposición demócrata ha reclamado la publicación del veredicto relacionado con el caso. Nada más necesario, dado el perfil que con sus actos y declaraciones se ha creado este tan lamentable como peligroso presidente.