Alacena entreabierta, últimos reflejos de Sol que deja su tacto anaranjado en el muro. Arcos encalados, hombros desnudos que ofrecen la atardecida olor a tierra mojada, macetas refrescadas por el aliento del pozo. Verde intenso, rojizo zócalo, florecidos pensamientos, instante, donde la Dama calza los perfumados tacones de noche, luciendo la aldaba un alfiler coronado de dulces jazmines.