Como buen jubilado, cada mañana me dispongo a ejercer como agente de bolsa, y no salgo de mi asombro al ver lo poco que hemos progresado en la antigua asignatura de urbanidad, sí, la que los mayores aprendimos en el colegio y que hoy han cambiado por otras materias más importantes. Camino teniendo que sortear una gran cantidad de cacas de perrito, los animales no tienen culpa, pero, dado que hay una gran reincidencia por parte de los propietarios desaprensivos, debería llevarse a cabo una campaña sancionadora seria, ya que con su inhibición colaboran a la suciedad de nuestra ciudad. Asimismo, los contenedores sitos cerca del ambulatorio, además del mal olor por el poco respeto a los horarios establecidos para su uso, aparecen con frecuencia con una imagen tercermundista, con muebles y enseres abandonados, además de las bolsas depositadas fuera. Creí que habíamos avanzado en la cultura de la limpieza, pero mi gozo en un pozo. Seguiré caminando y no sé lo que me encontraré.