Bien saben los que tienen que saberlo, que yo he defendido y defenderé siempre, a los colectivos LGTBI. Pero en las fiestas del orgullo, siento mucho tener que decir que he visto cosas en plena vía pública que no me han gustado nada. Ya sé que es una minoría la que puede haber dado un mal ejemplo, si; pero mucho cuidado, porque en unos momentos se puede perder todo lo conseguido mediante una lucha de mucho tiempo y de muchas dificultades. El respeto se consigue respetando. Y lo público es una cosa, mientras que lo privado, otra muy diferente. Así que tengamos muy en cuenta y muy presente siempre, que todas las intimidades de todo, deben reservarse sola y exclusivamente para la intimidad, con total libertad. No olvidemos nunca, que la libertad de una persona termina donde empieza la libertad de la persona que tiene al lado. ¿Ok?