Circula en Twitter el vídeo de un niño camerunés dentro de un barreño, bañándose por primera vez en su vida (dicen) con agua limpia. El crío se retuerce y juega, gorjea como un pájaro, ríe en la explosión de alegría más pura que pueda verse. Una imagen para que reflexionemos los ricos quejicas e insatisfechos.