Cuando escribo todavía debe terminar de pasar el fenómeno meteorológico Elsa por nuestra provincia. Espero que los daños no sean más graves de los ya sufridos. Pero sí quiero poner el acento en la cantidad de árboles que han caído. ¿Eran, de verdad, ejemplares sanos, o no han resistido los vientos y la lluvia porque estaban ya deteriorados? La pregunta va dirigida a los servicios municipales encargados de cuidarlos.