Mezquita de rosas tempranas, brisa amatista, abierta ventana con tacto de cera derretida, pasiones escritas en cartas. Acalladas por la imposición del lacre y encadenadas por una cinta perfumada en desdén. Rey astro que al «gran río», preguntas por el haz de su mensaje, reflejo de agua sanadora, espiritual ungüento para el corazón ardiente, orilla que esboza la figura de la Luna. Ojos cristalinos del puente donde el amor, deambula al Alba y se pierde en la anochecida.