Cumplir años conlleva cambios para las personas en todas las etapas de la vida, pero pasar de los 70 ahora en vez de ser una alegría para el que los ha vivido es un escollo. Cuando más pesan los años en nuestro cuerpo, nos azota una pandemia diezmando a los mayores sin nadie que les pueda ayudar llevándoles a la muerte en soledad.

El coronavirus no discrimina entre pobres y ricos, hombres o mujeres, pero por desgracia ataca fundamentalmente a las personas mayores de 70 años, un sector de población muy numeroso en España que necesitan la máxima protección porque ellos ya lo han dado todo para hacer realidad el bienestar social que hoy disfrutamos. Merecen al final ese amparo que la humanidad en general no ha debido regatearles en ningún momento y mucho menos en los últimos años de su vida, pues se van los luchadores de ayer y de hoy, con la pena de no ser ayudados y acompañados en el momento que más lo han precisado.

Este virus no distingue vidas humanas, todos somos potenciales portadores de él y sabiendo su poder destructivo, tenemos que evitar la propagación, por que así evitamos nuestro propio contagio y también el de los más vulnerables como son los jubilados y pensionistas. Ya no pediremos nada más para ellos hasta que se nos sequen las lágrimas derramadas por tantos amigos y compañeros de viaje que se están yendo en las residencias de mayores, hospitales o en sus domicilios solos, rindiéndoles un sentido homenaje por su desgracia y padecimiento.

Secretario de Comunicación UJP UGT Córdoba. Unión de Jubilados y Pensionistas.