Tal vez este nombre no les suene a los aficionados cordobesistas actuales, pero los que vivimos las etapas de los años 55 al 70 del siglo pasado sí conocemos la trayectoria de este gran futbolista con más de 300 partidos como titular en sus 15 temporadas, ocho de ellas en Primera.

Llegó a Córdoba procedente de Aranjuez, para iniciar la dura tarea de sacar a nuestro Club de la 3ª División, lo cual se consiguió después de una dura liguilla de ascenso, formando línea defensiva con José Luis, Alfaro y Sánchez Rojas en la portería. El 9 de septiembre de 1956 comienza su andadura en la División de Plata, siendo siempre capitán y titular indiscutible. Formando parte del equipo que en la temporada 61-62 consigue el primer ascenso a la División de Honor, su polivalencia le permitía jugar en cualquier puesto de la defensa.

Permanece fiel a los colores cordobesistas hasta su retirada en 1970. Navarro es un enamorado de nuestra ciudad. Prueba de ello es que la eligió para vivir, y aquí sigue a pesar de los tristes momentos personales y familiares que en ella tuvo que pasar. Al distinguirlo la nueva directiva cordobesista creo que es un justo y merecido premio a todo lo aportado por este gran futbolista y mejor persona a la entidad blanquiverde.