Al Grupo Scout Domingo Savio, decano del escultismo en Córdoba, en su 50 aniversario. Mayo 1968-2018.

Un día agosto de 1985, yo era uno de los jefes de nuestra Tropa Scout Mongi Amara y Clan, de paso por la soberbia ciudad de Córdoba en el camino de nuestro itinerario: Raid Anibal por la Paz.Scouts tunecinos de la región de Kalàa Sghira-Sousse que atravesó Argelia, Marruecos, el estrecho de Gibraltar, España y que continuará su Raid sobre los rastros del jefe histórico Hannibal, con el fin de alcanzar Roma pero esta vez por la paz y no para la guerra. Calurosamente fuimos acogidos por el señor alcalde de Roma y firmado un tratado de paz simbólico.

Volviendo a Córdoba, portando el uniforme scout y el destino nos llevó a cruzarnos en la calle con un jefe de los scouts de Córdoba, que nos identificó por nuestra distinguida pañoleta. Se presentó y amablemente nos invitó al local del grupo 321 Azahara, donde pasamos una tarde agradable y magnífica acogida por su hospitalidad --hospitalidad scout-- para pasar allí la noche. De este día inolvidable, no menos la despedida en la estación de tren, entonando a tres lenguas, la canción Adiós scout, imposible olvidarse ni olvidarme. Paralelamente, algunos periódicos de la ciudad, insertaron artículos sobre nuestro paso por Córdoba. A pesar de los ya 33 años pasados, guardamos relaciones fraternales de muy buena amistad y fraternidad scout, nos hemos visitado entre España y Túnez, tanto como amigos tanto como scouts tanto como familia. Después de estos demasiados años, estoy de regreso a Córdoba en donde mi corazón jamás dejó de latir, con ocasión de la celebración de 50 años del Grupo Scout Domingo Savio.

Mil gracias para todos aquellos que contribuyeron a ayudarme para vencer todos los obstáculos y facilitar esta visita y que espero que no sea la última.