Ha llegado al Aeropuerto de Córdoba una empresa-escuela extranjera de vuelos. Era para que repicaran todas las campanas de todos los campanarios y, sobre todo, para que todos los políticos cordobeses estuvieran allí dándoles la bienvenida. Con la falta que le hace a una Córdoba líder en desempleo y pobreza. Pues nada, no apareció nadie por allí. Y es que claro, estaban todos de procesiones. ¡Córdoba cañíÍ! El dicho de que «cada pueblo tiene lo que se merece» no tiene cabida en Córdoba, no. Aquí lo que cabe es el «Córdoba se merece estar mucho peor de lo que ya está» porque así lo quieren los cordobeses. Pues nada, Amén.