Leo con profunda satisfacción ese elogio tan merecido que el vicario episcopal de Defensa, Rvdo. D. Alberto Gatón Lashera expone en el pasado Alfa y Omega, bajo el titular: Elogio cristiano a la Guardia Civil; aprovechando los 175 años que esta Benemérita Institución fue creada por el Duque de Ahumada. Y tras narrar el artículo sexto de la “Cartilla de la Guardia Civil”, artículo que invito a que lean..., llega a la conclusión muy acertada de que la “presencia de la Guardia Civil, es una presencia evangélica” en las periferias: sean geográficas, sociales, culturales y económicas de nuestra querida España. Su labor de servicio permanente es catalogada de “benemérita” pues participa de la preocupación del mismo Jesucristo, El Profeta y Señor de la Vida. Que en defensa siempre de los más necesitados: mujeres, ancianos, niños y enfermos de nuestra sociedad, se hace presente cuando esta es golpeada por acciones u omisiones, de sus miembros. Y desde la entrega servicial del cumplimiento cívico-militar de su deber…, defiende el orden establecido y la ley y cooperan en la construcción de la “Ciudad de Dios” en el mundo actual.

Gracias Rvdo. D. Alberto hermano y amigo, por acordarse de estos fieles servidores en permanente alerta y siempre vigilantes en nuestra sociedad. Me viene a la memoria esta importante frase del Maestro y Rabí de Nazaret, quien corrobora esa reflexión, cuando dice:...”No hay mayor muestra de amor que aquel que da la vida por sus amigos” (sus semejantes o ciudadanos). Servidor, cuenta con dos hijos dentro del Instituto Benemérito Armado y en nombre propio y de ellos, le doy las “Gracias, Reverendo”.